jueves, 29 de abril de 2010

Sobre la ética y la moral

Toda sociedad o cultura construye y establece en el devenir de su desarrollo, un corpus de prescripciones y prohibiciones que conforman el andamiaje de su moral.
Desde los orígenes de la humanidad resulta posible rastrear el interés por establecer regulaciones, a través de normas o códigos, que se apliquen a las acciones concretas de las personas.
Por otro lado, desde los inicios de la filosofía se aprecia como se constituyó otro tipo de interés, caracterizado este por un ejercicio reflexivo sobre aquellas normas y códigos de previa existencia en la sociedad, ya sea en la búsqueda de su fundamento y legitimación o estableciendo comparaciones entre ellos.
Se presentan de esta manera dos niveles claramente diferenciados de interés que conforman lo que se identifica hoy, como moral y ética respectivamente.
La moral, recurriendo a una de sus definiciones más difundidas, es el conjunto de juicios relativos al bien y al mal, encaminados a orientar la conducta de los seres humanos, y la expresión concreta de estos juicios se traduce en normas de comportamiento que al ser incorporadas por cada individuo, permiten regular sus actos, sus acciones en lo cotidiano.
Sin embargo, las normas o códigos morales no suelen ser promulgados como el código civil o penal vigentes en una sociedad, ni resultan incorporados y adoptados el conjunto de prescripciones y prohibiciones que estos establecen en forma automática por las personas, ni se llegan a formular los mismos juicios sobre el bien y el mal en diferentes momentos históricos de las sociedades o culturas.
Es así que la moral, con bastante frecuencia, se presenta como un compendio fluctuante de interrogantes y respuestas sobre la conducta a seguir.
La ética, en cambio, es una reflexión sobre la moral y como filosofía de la moral, se ubica y desenvuelve en un plano diferente.
Desde su lugar investiga la especificidad del comportamiento moral; plantea el interrogante sobre por qué son considerados válidos algunos comportamientos y otros no; establece comparaciones entre las pautas morales que siguen diferentes sociedades o diferentes personas dentro de una misma sociedad, buscando su fundamento y criterios de legitimación; postula teorías en las que se enuncian principios generales que establecen y justifican conductas a seguir en determinados contextos.
La moral fija las pautas para el desempeño en la vida cotidiana y la ética es la reflexión que permite estudiar la génesis y justificación de esas pautas, ambas resultan ser complementarias si bien fácilmente distinguibles.
Los principios éticos condicionan las conductas morales, pero así como teoría y práctica interaccionan, estas inciden a su vez sobre esos mismos principios. Esto es observable en situaciones ante las cuales la aparición de conflictos entre normas morales puede surgir al tomar determinadas decisiones y este hecho conflictivo se traduce luego en la consiguiente necesidad de un análisis desde lo ético.
Vale recordar que principios éticos y normas morales hacen a la esencia misma de una sociedad organizada, cuando se prescinde de la moral o se construye una con posterioridad a los hechos para justificarlos, se vuelve imperativa la reflexión ética para determinar en qué tipo de sociedad se está dispuesto a vivir.
Claudio Brunori

No apuntan a una redistribución del poder social | Movimiento Libres del Sur

No apuntan a una redistribución del poder social | Movimiento Libres del Sur

miércoles, 28 de abril de 2010

El escenarioSeñales de decadencia

Joaquín Morales Solá

lanacion.com | Política | Mi�rcoles 28 de abril de 2010

domingo, 25 de abril de 2010

EL KIRCHNERISMO Y LA POLÍTICA EXTERIOR.

En silencio, y lejos de los cruces entre la dirigencia agropecuaria y el gobierno, la situación del sector rural en la Argentina se va transformando en una tragedia. El paro de comercialización de la semana próxima en apoyo de los trabajadores de los frigoríficos es una muestra indeleble que ya no se trata de un problema sólo de los productores sino que lo que está en juego es toda la cadena agroalimentaria.

La escalada diplomática en el conflicto comercial con China, sumada a la pérdida de mercados alternativos, la abrupta caída en el stock ganadero y el fracaso en las negociaciones en el Grupo Cairns, pone a la producción rural local y al complejo agroindustrial en una situación de angustia.

El gobierno en un acto de torpeza singular, sacrificó al sector más dinámico de la economía y eligió proteger a pequeños productores locales, provocando con ello que la segunda potencia económica mundial y el principal socio comercial del país, dejen de comprar productos del complejo agroindustrial nacional.

¿Alguien en su sano juicio puede entender que un gobierno ponga en juego miles de millones de dólares en exportaciones para proteger a pequeños productores que venden sus productos en el país, fabricados en muchos casos con mano de obra esclava, a un precio más caro que en el mercado internacional? No parece, pero es real. Beijing virtualmente ha dado un ultimatum a Buenos Aires y si no se cambia de actitud, los asiáticos van a comprar soja y sus derivados a los Estados Unidos. Así de sencillo, así de grave.

La administración Kirchner cree que la política del piquete se puede aplicar en las relaciones exteriores y aplica barreras comerciales a diestra y siniestra. Así, le va.

Con su tradicional desprecio por la política exterior, las autoridades argentinas no parecen haber tomado nota y minimizan el embate del hasta ahora socio comercial, tal como lo hicieron con la malograda visita presidencial a China.

La "diplomacia piquetera" continúa cosechando "logros" y al "síndrome de China", le suma el fracaso de las gestiones en el Grupo Cairns. La reunión de Punta del Este resultó un completo naufragio y la visita del director general de Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lammy, dejó en claro que las pretensiones del nucleamiento agrícola han llegado a un límite y es imposible avanzar más.

En otras palabras, Lammy dijo que aunque bajarán los subsidios agrícolas, no se podrán eliminar totalmente y al mismo tiempo la Argentina deberá abrir su economía en productos tecnológicos y en el reconocimiento de derechos intelectuales. A esto se le sumó el presidente del Banco Mundial, Roberto Zoellick, quien aconsejó a los países no aplicar barreras comerciales si quieren acoplarse al multilateralismo.

Otra respuesta a la diplomacia piquetera vino del Brasil. El candidato a presidente opositor, José Serra, instó a sacarse de encima el MERCOSUR al que calificó como un salvavidas de plomo. ¿Qué pasaría con las economías regionales si se cambia la relación y el status comercial con el Brasil? Es tiempo de cambiar. Entre los errores de la política agropecuaria y las torpezas diplomáticas, la alquimia oficial elaboró una poción letal para el sector rural. No sólo no se aseguró la mesa de los argentinos sino que se encareció. No sólo no hay saldos exportables sino que se también se han perdido mercados altamente rentables. El saldo es absolutamente negativo para el campo y costará muchos años recuperar las pérdidas...
Miguel Ángel Rouco
DyN

sábado, 24 de abril de 2010

Gramsci y el genocidio armenio.

Por Osvaldo Bayer.
Otro nuevo aniversario de uno de los mayores crímenes de la humanidad: el genocidio armenio cometido por Turquía. La muerte de miles y miles de niños, mujeres y hombres en manos de esbirros y de aquellos que se creían dueños de la vida y la muerte. Para recordar esto –como lo hacemos siempre para mantener la memoria de las injusticias y el terrorismo de Estado– reproduciremos hoy un hallazgo, un documento sobre ese genocidio, hasta hoy nunca publicado. Es un artículo sobre este tema del gran teórico político Antonio Gramsci, muerto en las cárceles de Mussolini. Uno de los pensadores más lúcidos del siglo pasado. Y más todavía, el artículo va con una presentación del escritor y periodista Emilio Corbière, quien nos dejó para siempre no hace mucho y quien fue el que hizo este verdadero hallazgo. Leamos primero a su presentador, Emilio Corbière, y luego la fundamental opinión de Antonio Gramsci:

“Antonio Gramsci y la cuestión Armenia”, por Emilio Corbière:

“Gramsci tenía 25 años cuando escribió su condena del genocidio armenio en el marco de una Europa conmovida por la guerra, pero ignorante de la terrible tragedia que vivían los armenios masacrados sin piedad por los turcos. Quien sería la mentalidad más esclarecida del marxismo occidental, político, pensador, periodista, organizador, demostró con su actitud franca ante el genocidio sus firmes convicciones humanistas.

“Bien pudo afirmar Benedetto Croce, en 1947, sobre el mártir antifascista Gramsci: ‘Recomendaba años atrás a los jóvenes comunistas napolitanos, armados de un catecismo filosófico escrito por Stalin, levantar los ojos a las estatuas que hay en Nápoles de Tomás de Aquino, Giordano Bruno, Tommaso Campanella, Giambattista Vigo y otros grandes pensadores nuestros y dedicarse a llevar la teoría comunista, si podían, a aquella altura y empalmarla a aquella tradición. Pero ahora les señalo no una estatua de mármol sino un hombre conocido en persona por muchos de ellos y cuyo recuerdo deberían mantener vivo por algo mejor que el vacuo sonido de su nombre: Gramsci’.

“De esa altura moral fue Gramsci, a quien, con acierto, Croce comparó con el Aquinante, con Bruno –también mártir– y con Vico. Es importante recordar esta página inédita del político y filósofo de izquierda, por dos razones. La primera, para destacar su ferviente humanismo; la segunda, porque el genocidio armenio todavía es una llaga lacerante en la historia de la civilización de nuestro tiempo.

“Cuando la mayoría callaba, o era indiferente, el joven Gramsci condenó el genocidio y llamó la atención desde una modesta hoja socialista regional, llamando la atención sobre el drama que culminaría con más de un millón y medio de armenios asesinados.

“Pocas voces se habían levantado contra la agresión desde fines del siglo XIX. Los franceses Anatole France y Jean Jaurès habían hecho escuchar sus demandas aisladas. También en el campo socialdemócrata alemán lo hicieron el judeoalemán Eduard Bernstein y la revolucionaria polaca Rosa Luxemburgo. Sin embargo, se trató de testimonios personales, aislados, sin ninguna fuerza como para llegar a la conciencia de los gobiernos y las monarquías europeas. El Papa romano, los líderes religiosos, los príncipes, los gobiernos republicanos, todos callaron.

“Bernstein, en su escrito, denunció que la mano criminal había sido turca pero que había complicidades de grandes potencias, entre ellas, Gran Bretaña. El renacimiento cultural y sociopolítico de los armenios a finales y principios de siglo estaba acompañado por un fuerte contenido nacional y revolucionario. Aseguraba que muchas cancillerías y políticos imperialistas creyeron ver el fantasma de la revolución socialista que venían anunciando los intelectuales y militantes de esa concepción en el centro de Europa y en el Este eslavo, y que la misma se podría producir en Armenia. En 1915 el drama culminó con el genocidio, sobre el cual los armenios reclaman ahora justicia y verdad.

“El 11 de marzo de 1916, en el semanario socialista El Grito del Pueblo, Antonio Gramsci, descendiente de italianos y albaneses, hace un llamamiento a favor de los armenios. El periódico había aparecido dos años antes y en la misma época que escribió su nota sobre los armenios, publicó, muy joven, su célebre trabajo ‘Socialismo y cultura’. Gramsci había nacido el 22 de enero de 1891, en el seno de una humilde familia de Ales, Cagliari, isla de Cerdeña. Se afilió muy joven al Partido Socialista Italiano y sus primeros trabajos políticos los editó El Grito del Pueblo. Posteriormente dio vida al órgano de las Juventudes Socialistas, La Ciudad Futura, y pasó a encabezar la posición de izquierda del PSI. En 1919, desde las páginas de L’Ordine Nuovo defendió los consejos de fábrica durante el proceso revolucionario vivido en el Turín rojo. Al año siguiente, convertido en líder e ideólogo del movimiento consejista, publicó su tesis ‘Por una renovación del Partido Socialista’.

“En 1921 encabezó con Bordiga y Togliatti, después del Congreso de Livorno, el Partido Comunista Italiano, cuya secretaría pasó a ocupar.

“Político, diputado, publicista, permaneció preso en las cárceles de Mussolini desde 1926, cuando fue detenido a pesar de su inmunidad parlamentaria, hasta su muerte, ocurrida el 27 de abril de 1937. El fiscal fascista, en su alegato, había afirmado: ‘Tenemos que impedir durante veinte años que este cerebro funcione’.

“Pero, a pesar de su martirologio, el líder comunista logró trascender su encierro con su firme conciencia de intelectual y político revolucionario. De esa época datan sus Cuadernos de la cárcel, que desglosados en seis volúmenes reúnen sus estudios sobre: El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, Los intelectuales y la organización de la cultura, El resorgimento, Notas sobre Maquiavelo, la política y el Estado moderno, Literatura y vida nacional y Pasado y presente.

“La importancia de Gramsci en el siglo XXI, especialmente para el socialismo en los países del Tercer Mundo, y, en general, para el mundo occidental, cada día se reafirma más.”

Una página inédita

A continuación, en forma íntegra, el artículo juvenil de Gramsci sobre la cuestión armenia, publicado en El Grito del Pueblo, el 11 de marzo de 1916:

“Es siempre la misma historia. Para que un hecho nos interese, nos toque, es necesario que se torne parte de nuestra vida interior, es necesario que no se origine lejos de nosotros, que sea de personas que conocemos, de personas que pertenezcan al círculo de nuestro espacio humano.

“En Padre Goriot, Balzac hace formular a Rastignac la siguiente pregunta: ‘Si cada vez que comiese una naranja, muriera un chino, ¿desistiría usted de comer naranjas?’. Y Rastignac responde más o menos lo siguiente: ‘Las naranjas están cerca de mí, yo las conozco, los chinos están tan distantes que no sé si realmente existen’.

“Tal vez nunca llegaremos a dar la respuesta cínica de Rastignac. Entre tanto, cuando vimos que los turcos masacraban a millones de armenios, ¿sentimos el mismo dolor agudo que experimentamos cuando somos testigos del sufrimiento y la agonía, o cuando los alemanes invadieron Bélgica? Es una gran injusticia no ser reconocido. Eso significa quedar aislado, cerrarse en el propio dolor, sin posibilidad de contar con el apoyo de afuera o de la comparación. Para una nación significa la desintegración lenta, la anulación progresiva de los lazos internacionales. Significa ser abandonado, quedar indefenso frente a los que no tienen razón, pero sí tienen espada y dicen cumplir un deber religioso a través de la destrucción del infiel. Así, en sus momentos más dramáticos, Armenia solamente recibió unas pocas expresiones verbales de conmiseración y de repudio a sus ejecutores. ‘Las masacres armenias’ se tornaron proverbiales, pero fueron apenas palabras que sonaron huecas y fallaron en configurar las imágenes de hombres de carne y hueso. Hubiera sido posible obligar a Turquía –dependiente como era de todas las naciones europeas– a no atormentar a quienes tenían como único deseo ser dejados en paz.

“Nada fue hecho, o por lo menos nada que produjese resultados concretos. Apenas Vico Mantegazzo citó, ocasionalmente, a Armenia, en sus prolijas divulgaciones sobre política oriental. La Primera Guerra Mundial levantó, una vez más, la Cuestión Armenia, más sin mucha convicción. Cuando Erzerum cayó en poder de los rusos la retirada de los turcos de los territorios armenios recibió en nuestra prensa menor espacio que el dedicado al aterrizaje del Zeppelin en Francia.

“Los armenios que están desplegados por Europa debían habernos hablado sobre su país, su historia, su literatura. Lo mismo que aconteció en Persia, ocurrió con Armenia. ¿Quién sabe que los grandes árabes (Avicena, Averroes y otros) son en verdad persas? ¿Quién sabe que casi todas las cosas que pertenecen a la civilización árabe son en realidad persas? O aún más, ¿cuántos de vosotros tenéis conciencia de que todos los esfuerzos recientes para modernizar Turquía se deben a los judíos y a los armenios?

“Los armenios deberían haber hecho conocer Armenia. Deberían haberla traído a la vida y a las mentes de los que la ignoran, que nada saben a su respecto y que por eso no le tienen simpatía.

“Alguna cosa está siendo hecha en Turín. Una revista llamada Armenia está siendo publicada, y a través de diferentes colaboradores se habla sobre el pueblo armenio: quiénes son, qué quieren, en qué se pretenden transformar.

“En ese proyecto, debe ser incluida la publicación de varios libros que introduzcan más persuasivamente y con mayor fuerza a la historia, la cultura, la poesía y la lengua del pueblo armenio.”

Hasta allí Gramsci. Siempre un adelantado. Siempre con los que sufren. Los argentinos, en los organismos internacionales, debemos luchar para que Turquía reconozca su genocidio en todos sus detalles. Nosotros, que en nuestro territorio ocurrió el nefasto método de la “desaparición de personas”, uno de los peores crímenes masivos de la historia de la humanidad, la llamada “muerte argentina”, tenemos ese deber de conciencia.

viernes, 23 de abril de 2010

Hybris y sofrosine

La mesura, el justo equilibrio, remite a lo que los griegos llamaban sofrosine, un término de difícil traducción pero que puede significarse como cordura y moderación, el dominio del espíritu sobre el cuerpo; y en este concepto se halla incluido el más restringido de ecrateia, el específico freno a las pasiones.
En la tragedia griega clásica aparece con mucha frecuencia el concepto opuesto a la sofrosine, la hybris, entendiendose como tal la desmesura que conlleva el desenfreno, la altanería, la soberbia, el arrebato, el daño.
Originalmente su significado refería, más acotadamente, a la acción contraria a derecho (en perjuicio de otro), en directa oposición a themis, la autoridad del derecho y a diké, el cumplimiento de la justicia.
Como plantea Snell en El descubrimiento del espíritu, la hybris es el primer enemigo de la democracia, en tanto fuerza contraria al equilibrio al que deben aspirar el individuo y la sociedad en el desenvolvimiento de sus acciones.
Claudio Brunori

La verdad

La verdad, como la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se ponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria.
Mariano Moreno

jueves, 22 de abril de 2010

DEL “HOMO SAPIENS” AL “HOMO VIDENS”

Hace trece años, el pensador italiano Giovanni Sartori daba a conocer su teoría sobre la aparición del llamado “Homo Videns”. Se refería a una “sociedad teledirigida” muy distinta a la que el hombre disfrutaba cuando la información estaba escrita y le permitía formar su propia opinión sobre los distintos contextos.

Actualmente, los seres racionales han perdido capacidad de abstracción, mostrándose inermes ante los “bombardeos” diarios de la “caja boba”. Según Sartori, “la televisión no nos deja pensar, pues ella nos da todo mediante la imagen, que se considera como una verdad. Así, se nos sugiere qué hacer y qué decir.

En esta nueva realidad, el hombre ha perdido la facultad del conocimiento que tenía el “Homo Sapiens” que acostumbraba a leer y reflexionar. Se ha convertido en un ciudadano que se deja estar y absorbe lo que le envían ya procesado.

Este marco indica que los políticos que no pasen por la pantalla chica se convertirán de “piantaaudiencias” en “piantavotos” y es mejor dejarlos de lado a la hora de escoger a los que ocuparán las distintas candidaturas electorales.


¿Qué tan dramático es este escenario para los Kirchner?

Extremadamente dramático. Repasemos sólo DIEZ situaciones.

1) Los centenares de “people meters” de IBOPE distribuidos en Capital Federal y el primer cordón del conurbano indican que las pantallas se congelan cada vez que la presidenta hace uso y abuso del atril. Sólo los obedientes C5N y la tv pública soportan cómo sus guarismos caen casi a cero cuando CFK hace de maestra ciruela con su dedo acusador.

Por ello, se recurre con tanta frecuencia a la cadena nacional, aunque se trate de temas triviales que desnaturalizan este mecanismo extremo pensado para tiempos de graves crisis.

2) El ejército de blogueros k que se está formando y que sería financiado por Aníbal Fernández trata de contrarrestar las pésimas opiniones sobre la Casa Rosada que se vierten en los sitios de noticias independientes que aún permiten la presencia de foristas. Lo propio hace con llamados a las radios Am y Fm donde suelen dejar comentarios positivos sobre la administración k-

3) El noticiero de la tv pública, Visión Siete, llegó a medir en su edición matutina 0,0 la semana pasada (ver los ratings de www.televisión.com.ar). La edición del mediodía ronda el punto de rating y la nocturna un punto y chirolas. Una verdadera vergüenza para un canal de aire cuyos números están por debajo de señales de cable como TN, Crónica o Canal 26.

4) Cuando el impresentable Diego Gvirtz tuvo la genial idea de llevar al programa 6, 7,8 a Néstor Kirchner un domingo por la noche, la medición fue de apenas dos puntos de rating. Es decir, lo mismo que medía el programa cada fin de semana sin la presencia del “pingüino”.

5) Esta semana, el jefe de gabinete nacional estuvo como estrella invitada en el programa de Roberto Pettinato (América tv). Fue la peor marca de Un mundo perfecto, a pesar de las producciones especiales preparadas, que incluyeron una pelea entre los muñecos “clarinete” y “pinguinete”. No sirvió siquiera el fuerte cruce con la ¿vedette?, ¿actriz?, ¿periodista?.. Amalia Granata para mejorar el “real time” o “minuto a minuto”. Aníbal sigue creyendo que su función es polemizar con rubias como Nicole Neumann o la “flautista” rosarina.

6) Ese mismo día, el lunes pasado, Amado Boudou concurrió en vivo a otro de los engendros de PPT, Duro De Domar, dónde marcó un pésimo rating de apenas dos puntos, en el horario central de las once de la noche.

7) El rating de la tv pública es un desastre, si uno le saca el fútbol. Eso fue lo que pasó en el pasado mes de enero, donde apenas midió 1,4 puntos de promedio, menos que la señal informativa TN, que supera las dos unidades.

8) Siguiendo con Gvirtz, su otro “hijo bobo”, llamado Televisión Registrada sigue deambulando por ratings paupérrimos. El año pasado perdía dos a uno contra Zapping de Telefé, con archivos de Gastón Portal. Ahora pierde tres a uno contra el “pelado “ López y Julieta Prandi, a pesar que la Casa Rosada le “obsequia” a canal nueve cada sábado a la noche una previa de fútbol infartante, con el mejor partido de la semana, donde juega casi siempre el puntero del campeonato.

9) El oficialista C5N tampoco hace pie, ya que promedia apenas 0,8 de rating, siendo superado por otras señales de noticias como TN, Crónica y Canal 26. En pocos días llegaría un nuevo canal para hacer el panegírico del kirchnerismo, llamado CN 23 y estará en manos de Sergio Spolsky, cuyos medios de prensa son un estrepitoso fracaso de ventas y rating, sosteniéndose sólo por las carradas de dinero que llegan desde la pauta oficial.

10) Si nos referimos a la radio, para completar el mundo un poco más allá del “homo videns”, el panorama es muy similar:

La desguazada Radio Del Plata, en manos del grupo ultrakirchnerista, Electroingeniería, cuyos dueños cordobeses Acosta y Ferreira acuñaron la célebre frase “me cago en el periodismo independiente”, ya está sexta, cuando llegó a ser tercera apenas dos años atrás de la mano de Marcelo Tinelli.

Haber echado al doctor Nelson Castro y manejar los servicios informativos con la sutileza y la amplitud de los talibanes motivaron que la ex joyita de Ideas del Sur (donde también brillaban los opositores Jorge Lanata y Aflredo Leuco) no pare de caer en los registros.


Bonus-perlita

Lo que ha ocurrido con Victor Hugo Morales, el flamante exégeta de Néstor Kirchner, es para tener en cuenta.

El uruguayo se incendió a lo bonzo al convertirse en el vocero de un delincuente que compra dos millones de dólares justo antes de que la divisa norteamericana pegue un salto, gracias a su información privilegiada.

No sólo figura tercero en su franja horaria detrás del negro Oro de Radio Diez y de Chiche Gelblung en Mitre. Su share (porcentaje de la audiencia sobre el universo de radios encendidas o no) es peor que el de Magdalena Ruiz Guiñazú, que lo precede en Continental, y de Fernando Bravo, que lo sucede en la programación de la emisora de calle Rivadavia.


Conclusiones

Dónde hay opinión pública y masa crítica, los Kirchner pierden, son derrotados estrepitosamente.

Pasó el año pasado en las grandes ciudades, como Buenos Aires, primer cordón del GBA, Rosario. Santa Fe, Córdoba, Mendoza, La plata y Mar del plata, entre tantas otras.

Ellos siguen entendiendo a la política como las batallas de grandes aparatos en pugna, sin comprender que si su imagen ha quedado tan desgastada en los medios el resultado de la guerra ya está puesto. Ni la extorsión de la inminente tv digital, ni el pretendido desguace de los monopolios con la nueva ley de medios los pueden ayudar.

Se acordaron tarde, ya colisionaron con el iceberg y ahora el Titanic K se hunde.

Habrá que ver, simplemente, quienes se subirán a los botes para luego abordar un nuevo barco del PJ, quienes se inmolarán y partirán hacia el fondo del mar con el matrimonio y quienes perecerán ahogados por no saber escaparse a tiempo.
Marcelo López Masía

martes, 20 de abril de 2010

Poder y manipulación

“A través de la manipulación, las élites dominantes intentan conformar progresivamente las masas a sus objetivos. Y cuanto más inmaduras sean políticamente, rurales o urbanas, - más fácilmente se dejan manipular por las élites dominadoras que no pueden desear el fin de su poder y de su dominación.”
Paulo Freire
Pedagogía del Oprimido.

sábado, 17 de abril de 2010

Conato

El hombre es el único ser que sabe que va a morir, y es al mismo tiempo el único que se halla atravesado por un apetito de eternidad, ávido de seguir siendo, de perseverar en su ser.
Dejar testimonio entonces, es un acto de rebelión ante la finitud, es la búsqueda desangelada por un remedo vano de trascendencia ante la posibilidad que aniquila todos los posibles, ante la inapelable determinación de la muerte.
Claudio Brunori

lunes, 12 de abril de 2010

Derecho a la identidad

¿Y EL DERECHO A LA IDENTIDAD?

En el año 2005, se comenzó a hablar de un supuesto hijo no reconocido que habría tenido el ex presidente y actual diputado Néstor Kirchner con la titular a cargo del Juzgado Provincial de Primera Instancia Nro 1 de Puerto San Julián, Santa Cruz, Luisa Lutri.
El rumor había nacido de las entrañas del propio oficialismo y parecía verídico, no sólo por el enorme parecido del vástago en cuestión para con el ex mandatario, sino también por la calidad de las fuentes de información que habían dado la data a los medios de información.
Oportunamente, este periódico se preguntó retóricamente acerca de la posibilidad de que esto fuera real y hasta consultó a funcionarios oficiales para saber qué podría haber de verdad a este respecto.
Dos funcionarios de primera línea del kirchnerismo —un ex Ministro de la Nación y un Secretario aún en funciones— admitieron entonces que la versión era real, que el muchacho en cuestión se llamaba Alberto Mariano Perrone Lutri (Nacido el 27 de junio de 1985, DNI 31.668.713) y que había sido el producto del “amor” entre Kirchner y la jueza Lutri a mediados de los años 80.
Fueron días en los que ambos eran abogados y debieron recalar en Río Turbio en el marco de una negociación sindical. Néstor estaba lejos aún de ser Gobernador de Santa Cruz y Lutri de ser jueza. De hecho, será Kirchner el que la haga nombrar en su cargo de magistrada no bien llegue al Poder Ejecutivo santacruceño.

Jaime, el cuidador
Mariano es el secreto mejor guardado en el kirchnerismo. Todos lo saben, pero nadie habla al respecto. “Es un tema más delicado que el de la falta de título de Cristina”, admitió una de las fuentes consultadas para el presente artículo.
Sin embargo, es cada vez más complicado mantener en reserva el tema, ya que el parecido que posee Mariano con Néstor Kirchner habla por sí solo. Basta ver las fotos que ha subido a la página de Facebook para darse cuenta de ello. Una de ellas ilustra el presente artículo.
El ex presidente y actual diputado sabe que la información es explosiva y por eso mantiene a su —no reconocido— vástago permanentemente monitoreado por puntuales agentes de la ex SIDE. Es más, durante años lo mantuvo lejos de la provincia de Santa Cruz para escapar al posible asedio periodístico. La provincia elegida para que recalara fue Córdoba.
“El que cuidó a Mariano fue Ricardo Jaime (ex secretario de Transporte de la Nación) y por eso se ganó toda la confianza de Néstor”, aseguró uno de los entrevistados referidos. Tribuna de periodistas pudo confirmar la versión, gracias a un colega de esa provincia: “es verdad, pero no digas que yo te lo dije. El pibe es igual a Néstor y le gusta mucho el folklore. Acá estuvo viviendo bajo el ala de Jaime”.
Este periódico intentó contactar a Perrone, pero no tuvo éxito: oportunos intermediarios aseguraron que jamás hablará al respecto. “No insistas, al pibe le armaron un fideicomiso y nunca va a decir nada”, admitió el casual informante.
Lo mismo ocurre con su madre: el único medio que pudo entrevistarla fue revista Noticias y sólo obtuvo una definición puntual: “Mi hijo no es de Kirchner”.

Concluyendo
Es inadmisible que un gobierno que se arroga la elogiable pelea por el derecho a la identidad, permita semejante contradicción. ¿Por qué el ex Presidente no le da su apellido a su hijo? ¿Por qué ni siquiera lo reconoce como propio?

Christian Sanz

domingo, 11 de abril de 2010

Contradicciones, traiciones y subestimaciones en la política argentina

CURIOSIDADES DE LA SEMANA POLÍTICA QUE PASÓ

Enrique Santos Discépolo fue el heraldo del siglo XX, un magnífico cronista de un tiempo que sigue presente, quizás ahora mucho más revuelto en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches debido a la revolución tecnológica que le suma velocidad revolucionaria a los cambios de paradigmas. Para algunos nostálgicos, el poeta sigue siendo hoy un sabio, aunque para la progresía probablemente Discepolín resulte todo un conservador, pero bien vale la pena recurrir a su pasión de observador dedicado a retratar una realidad bien argentina que se está prolongando en el siglo XXI, a partir de las cosas de todos los días. Durante la semana que pasó, media docena de hechos de la política cotidiana dieron vigencia plena al "todo es igual" de su poesía cumbre. Así, uno a uno, los temas se fueron encimando y entre deserciones, mentiras y subestimaciones de todos lados la realidad metió en el mismo lodo discepoliano de mezclar la Biblia con el calefón a los empresarios, la Iglesia, un ministro, los jueces, la reorganización del PJ, el canje de deuda, las menciones ahora laudatorias al FMI, las multas de Cobos a los senadores ausentes. Entre lo más grave que ocurrió en estos últimos días, hay que darle el podio de la "maldad insolente" a la deserción de los empresarios que se asustaron por las eventuales represalias del Gobierno y que salieron corriendo y dejaron a la Pastoral Social en soledad, cuando se habían comprometido a suscribirlo, con un documento en la mano de propuestas concretas sobre la pobreza, un trabajo que además dice sin pelos en la lengua que la misma es "consecuencia" del actual modelo económico y que éste no ayuda a realizar "una distribución equitativa de la riqueza". El borrador del documento, que fue filtrado a la prensa por una cámara empresaria, probablemente a instancias del Gobierno, para desactivarlo, inmediatamente se quedó sin el consenso que había logrado entre los hombres de negocios que se negaron a propiciarlo, debido a ese manifiesto tan hiriente para los habitantes de la Casa Rosada.

Los empresarios de la discordia, que son los mismos que se llenan la boca con una supuesta Responsabilidad Social que parece que ejercen más para lavar sus culpas que para otra cosa, se echaron a la retranca antes de malquistarse con el Gobierno, en nombre de una fidelidad que, en general, todos saben que no existe. La hipocresía es tal que muchos de ellos juran en privado que no dispondrán ni de un peso extra para inversión y que esperan que llegue diciembre de 2011 para que los Kirchner no estén más, aunque públicamente se cuidan hasta el extremo de no jugarse por una causa, como la pobreza y sus consecuencias, que es "un problema de todos". Desde otro ángulo exactamente a la inversa, los editores de diarios nucleados en Adepa se sumaron el viernes a esta prédica por el bien común, ya que para ellos la "amplia franja de argentinos que tienen hambre, están desocupados y son víctimas del narcotráfico" no tienen a mano los medios que requieren los ciudadanos para que puedan ejercer a pleno la libertad de expresión.

Adepa también se revolcó en el merengue, a partir de su denuncia sobre la "inédita" y "abusiva" acción seudo periodística de los medios del Estado, hoy convertidos en "herramientas de militancia obsecuente y persecutoria". Su presidente, el director del diario santafesino "El Litoral", Gustavo Víttori, puntualizó que "cuando habla el Gobierno desde los medios del Estado lo hace en términos absolutos y con una absoluta descalificación de los otros medios", y puso como ejemplo al programa "6, 7, 8" que emite Canal 7: "El relato más peligroso es el relato hegemónico del Estado, bancado con todos sus recursos y apartado de las reglas clásicas del periodismo", señaló. Pues bien, para apuntar a lo contrario y en una expresión casi surrealista del "Cambalache" discepoliano, Aptra, la Asociación que se supone que nuclea a los cronistas del espectáculo, distinguió en la semana a ese programa tan heterodoxo con una nominación al Martín Fierro como "mejor programa periodístico", cuando muchos de sus integrantes, otrora brillantes profesionales, hoy lo que menos hacen es periodismo, sino militancia partidaria.

En este punto de la prédica gubernamental, apareció en pantalla durante la semana otra perla de la "maldad insolente" de la televisión pública, que tiene que ver con la propaganda que se emite en el Fútbol para Todos. En los últimos partidos, en medio de los avisos de obras públicas con logotipo de la Presidencia de la Nación que financian con la publicidad del Estado la ficcional gratuidad del fútbol de la AFA, se han visto spots de la ONG Coalición para una Radiodifusión Democrática que convoca a otra marcha, también a favor de la Ley de Medios. Esas menciones o bien son cuasigratuitas, es decir que están pagadas por todos los argentinos con sus impuestos, lo que corroboraría los dichos de Adepa, o bien son pagas y su difusión se aparta de los principios que el Jefe de Gabinete acaba de establecer, sobre no vender más publicidad a terceros, habida cuenta el fracaso estatal en la comercialización.

Otros personajes que sumaron en la semana a Don Chicho, Napoleón, Carnera y San Martín fueron los diputados opositores que dejaron sin quórum a la Cámara Baja el miércoles último, algunos de ellos con cierta intencionalidad política, pero otros porque no se molestaron siquiera en levantarse de la mesa del bar donde estaban tomando un café, ya que creyeron que el kirchnerismo iba a seguir la vieja práctica de llamar a sesión in eternum, como cuando le convenía. En esta oportunidad, el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, se sentó en la soledad en su banca para pedir que se cumpla el Reglamento y que se levante la sesión y el titular de la Cámara, Eduardo Fellener, quien fue ratificado por todos los bloques en diciembre después de muchas discusiones, se olvidó de la caballerosidad, trabajó para su partido y la levantó nomás.

Como frutilla del postre apareció el discurso presidencial que desde los Estados Unidos le tiró flores al Fondo Monetario como promotor intelectual del uso de reservas, argumento para aceitar el canje de deuda, algo que se dice que será bueno para bajar la tasa de interés, pero también para desendeudar a la Argentina, lo que en principio es una falacia contable, ya que la deuda hasta ahora no anotada se volverá a sumar. Otro tanto ha pasado con las divisas del BCRA, que pasaron de ser una garantía para deudores, a la llave para evitar este año el tan temido déficit fiscal. Este zig zag permanente de los instrumentos económicos no ha sido precisamente el caramelo que se tragaron los empresarios que escucharon a la Presidenta en Washington, ya que serán extranjeros pero saben que en la permanente recurrencia argentina siempre habrá "maquiavelos y estafaos" y no se mostraron muy proclives a creer hacia el largo plazo, más allá que muchos de ellos le palmean la espalda a los funcionarios argentinos, ya que están haciendo unos negocios fabulosos con los títulos públicos, que valían menos de 30 y que ahora pagarán 50 o más.

En medio de tanta vorágine y aún consternado por el accidente cerebro vascular del vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini, un peronista de aquellos acostumbrados a tejer y destejer, le ha dicho a DyN en la semana que hoy nada se descarta en el PJ oficial, de raigambre kirchnerista, ni siquiera armar dos fórmulas dentro del espacio, para que se diriman antes de la interna partidaria contra algunos de los disidentes, Eduardo Duhalde incluido.

Igualmente, este pejotista de mil batallas, alabó el sistema de internas abiertas porque, dijo, permitirá que nadie "saque los pies del plato", ya que por "protección partidaria" los que pierdan no podrán ir por afuera y se quedarán con 25 por ciento de los cargos. Sólo hizo una mueca cuando se le recordó que los votantes independientes podrían meter la cuchara contra Néstor Kirchner y apenas atinó a decir que la interna radical, simultánea, también necesitará votantes. Y apuntó que hoy le parece que esa interna la ganará Ricardo Alfonsín.

Por último, y sin ponerse colorado, afirmó que por estos días Kirchner está más manso y decidido a cambiar, para ver si antes de fin de año se transforma en candidato. El informante sugirió que hoy todos están con "el flaco", pero en la mejor tradición peronista afirmó que "vamos a ir con él hasta la puerta del nicho" y si no le dan los números "ya se verá qué hacer". Tantos pequeños mosaicos del día a día, plagados de contradicciones a raudales, remiten una vez más al mundo de curas, colchoneros, reyes de bastos, caraduras y polizones que retrató Discépolo hace más de 70 años y que siguen poniendo a la Argentina en la mezcolanza del "es lo mismo", que tanto ha hecho atrasar su reloj.

Adepa alertó sobre el mal uso de los medios de comunicación públicos, que se volvieron totalmente partidistas.



Hugo E Grimaldi
DyN

viernes, 9 de abril de 2010

Perpetradores y beneficiarios del golpe del 76

La dictadura significó un maridaje entre las Fuerzas Armadas nacionalistas y los grupos empresariales concentrados. Los militares recibieron condena judicial y social pero el esquema económico continúa.

A 34 años del golpe de Estado que dio inicio a la última dictadura militar, y en pleno proceso de enjuiciamiento a los perpetradores del horror, queda aún pendiente posar la mirada sobre quienes fueron los beneficiarios. Las declaraciones del ex jefe de Inteligencia de la ESMA Jorge Acosta, en las que explicó que “el gran problema fue dejar gente viva”, fueron sin dudas irritantes pero a la vez caricaturescas. Muestran una y otra vez la naturaleza de un grupo de militares entrenados para matar, aleccionados en la doctrina de la Seguridad Nacional en la Escuela de las Américas, o en la Escuela Superior de Guerra de Francia, cuna de la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria. Fueron educados en una época que redefinió el rol de los ejércitos latinoamericanos en función de hipótesis de enemigos internos considerados subversivos o comunistas, en base a los intereses y presiones de Estados Unidos durante la guerra fría, quien les proveyó armamentos para tales fines al tiempo que bloqueó todo desarrollo para guerras convencionales.

Si bien es cierto que el proceso de enjuiciamiento a los militares tiene enormes falencias, por otro lado es indiscutible que la Argentina es, por lejos, el país que más ha avanzado en investigar y hacer justicia en el contexto latinoamericano. Pero sólo en el discurso de estos vetustos genocidas puede tener sentido entender el golpe de 1976 motivado por la lucha anticomunista. Esta vía discursiva esconde la actuación civil de aquella época y el hecho de que aquellos sucesos arrojaron claros beneficiarios, que no están aún en la picota.

La cacería. Para marzo de 1976 las agrupaciones armadas ya estaban derrotadas o en franca retirada. Los principales sindicatos independientes y los liderazgos disidentes fueron eliminados: René Salamanca, del SMATA; Agustín Tosco, de Luz y Fuerza; Raimundo Ongaro, del sindicato gráfico, y Julio Guillán, máximo dirigente de los telefónicos, se encontraban en retroceso. Quienes no tenían ya intervenidas sus organizaciones muy pronto pasarían por esa experiencia. Las huelgas masivas de la dirigencia de la CGT constituyeron acciones defensivas para cuidar el salario frente a la descontrolada inflación. El gobierno de Isabel Perón pudo haber sido calificado de muchas maneras, pero sin duda no fue un refugio de comunistas.

No hay ningún elemento concreto que muestre una escalada revolucionaria en la Argentina previa al golpe, sino más bien todo lo contrario. La toma del poder por parte de los militares, lejos de desatar la resistencia popular, fue vista como la crónica de una muerte anunciada. Claro está, muy pocos sabían lo que se venía. El secretario general de la CGT, Casildo Herrera, anunció desde Montevideo y sin tapujos: “Me borré”. El Congreso de la Nación, a diferencia de otros golpes anteriores en los que algunos legisladores mostraron algún ánimo de resistencia, dejó a los militares que lo intervinieron solos con el eco de sus botas como única compañía. Algunos diputados, incluso, previsores, días antes habían pedido por anticipado el pago de sus dietas.

No hubo guerra civil: el 62% de los detenidos desaparecidos fueron capturados en sus casas, lo que pone de manifiesto que más bien se trató de una cacería. No de una guerra, como quiso (y quiere) instalar cierto sector ligado a los militares.

Pero sin peligro comunista y casi sin resistencia ¿qué es lo que vino a instalar la dictadura más sangrienta de nuestra ya de por sí violenta bicentenaria historia? ¿Quiénes se beneficiaron?

En 1975 se publicó un estudio que resultaría muy influyente y que dio la tónica a los tiempos por venir. Había sido encargado por la Comisión Trilateral (integrada por varios de los más poderosos grupos económicos del mundo). Allí se quejaban de lo que llamaban “un exceso de democracia”, que había conducido a una “igualdad inaceptable” en detrimento de la gobernabilidad y la factibilidad de los negocios, y por ello diagnosticaban que se imponía recuperar la autoridad y realizar los ajustes económicos necesarios. Éste será el discurso de una naciente derecha mundial.

En la Argentina, un exótico y complejo maridaje se concretó entre las Fuerzas Armadas, con sus ideologías nacionalistas, por un lado, y los más encumbrados y concentrados grupos empresariales nacionales y extranjeros, con sus ideas liberales. La astucia del planteo del liberalismo económico consistió en convencer a las Fuerzas Armadas de que el esquema político-institucional que procuraban reemplazar estaba ligado estrechamente al ordenamiento económico que le daba sustento. El plan económico fue justificado en tanto atendía, de ese modo, más que a objetivos económicos, a los objetivos políticos del proyecto de transformación de las Fuerzas Armadas.

La idea de esta unión tuvo pretensiones de largo aliento. Nada más y nada menos que fundar una nueva Argentina, pero para ello era necesario no sólo eliminar a los grupos políticos que se opusieran sino las condiciones económico sociales existentes.

Todos para uno. Una apreciación del programa económico no puede sino enfatizar su crudo carácter clasista. Más allá del enorme beneficio que significó el enorme endeudamiento protagonizado por algunas grandes empresas, del que finalmente se hace cargo el Estado, lo que está en juego es un cambio estructural. Los salarios nominales fueron congelados en medio de un proceso inflacionario agudo facilitado por la liberalización generalizada de los precios. El salario de los trabajadores sufrió la caída más brutal que se registre. Si tomamos a 1975 como base 100 tenemos que para 1978 se ubica en 53,9.

Otro tanto ocurre con la ocupación que no para de caer durante todo el período de gobierno militar. Por ello no es casual que más del 50% de los desaparecidos sean trabajadores asalariados. Las acciones militares en las fábricas y la desaparición de delegados gremiales fue una constante ampliamente comprobada.

En el conjunto, los precios agropecuarios fueron exceptuados de las retenciones a la exportación y alentados por el incremento de la tasa de cambio, lo que trajo como consecuencia que subieron por encima de los restantes precios. Entretanto, una intensísima especulación en títulos públicos produjo una enorme transferencia de riquezas desde los ahorristas de las clases medias a las empresas y grupos financieros.

Los beneficiarios de estas políticas supieron acompañar y agradecer. El propio ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, había sido hasta 1976 presidente de Acindar y representante de la emblemática APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias) que estaba conformada por la CEA (Consejo Empresario Argentino), la Sociedad Rural, Carbap, la Cámara de la Construcción, la de Comercio, la de grandes tiendas, las cámaras de importadores y exportadores, la de supermercados y las cámaras de bancos. Su programa de acción planteaba “la supresión directa de todos los obstáculos legales y de otro orden que traban la producción, afectan la productividad y dificultan la comercialización, entre otras, las leyes de contrato de trabajo, control de precios y horarios de comercio”.

El impulso decisivo al golpe lo protagonizan el 16 de febrero de 1976, en el que declaran un paro patronal que recibe un apoyo masivo y paraliza el país. Su último acto antes de disolverse fue la publicación de una solicitada aparecida el 24 de marzo de 1977, en la que felicitan al gobierno por el rumbo encarado y los logros conseguidos.

La Argentina que emergió con el fin de la dictadura fue más pobre, más desigual y más condicionada. Los militares perpetradores no son hoy una alternativa de poder real y tienen sobre sí la condena de la mayoría de la población, más allá de las declaraciones de algún político trasnochado. Pero el esquema de relaciones sociales y económicas que emergió después de los años de plomo ha logrado escapar a la condena y se ha naturalizado. Lo bueno de los aniversarios es que son una oportunidad para escaparnos un poco de las chicanas políticas de cada día y plantear los debates profundos que nos debemos.

Sergio Wischñevsky
Historiador. Profesor de la UBA

Yo quería ser argentino



Autor: Sergio Ramírez. Escritor nicaragüense. Ex vicepresidente.

Desde la verdura en harapos del trópico bananero, yo quería ser argentino.
En aquellos ya remotos años cuarenta que fueron los de mi infancia.

Un primo rico se daba el lujo de mandar a empastar los números de Billiken, y en esos tomos tan preciados descubrí La dama del perrito de Chejov y El oso de Faulkner, cuando aquel primo se dignaba prestármelos. Me quedaba leyendo hasta altas horas de la madrugada a la luz de un foco de mano, embozado bajo la sábana, para no ser descubierto en el delito del desvelo, Billiken y también los números de El Peneca. Todavía se sigue llamando penecas en Nicaragua a las revistas de historietas. Y me identifiqué con Patoruzito, el indiecito semidesnudo de las pampas, aprendí lo que era una boleadora y un ombú, y gané mi primer antihéroe en su adversario Isidoro, el porteñito engominado. Civilización contra barbarie.

Aprendí también desde entonces la palabra canillita, porque un niño inválido, que vendía periódicos por las calles de Buenos Aires, apoyándose en una muleta, era capaz de transformarse en el Capitán Maravilla con sólo pronunciar la palabra mágica Shazam (compuesta por las iniciales de Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, una que he perdido, y Marte), y ya en su investidura de héroe poderoso abatía puñetazos a la peor ralea de maleantes que se ocultaban en los meandros del barrio La Boca.

Mis libros de lectura de la escuela primaria venían también de Argentina, y me acostumbré a que la bandera patria que figuraba en la primera página de esos libros, tan parecida a la de Nicaragua, tuviera ciertas
ligeras variantes con la mía; apenas un poco más pálidas las franjas azules, y en la franja blanca del centro, en lugar del escudo de cinco volcanes, un sol resplandeciente. Y Eva Perón. En la pobre biblioteca de mi escuela, donde todos los libros alcanzaban en unos cuantos estantes de pino, no había mejor momento para mí que el de entregarme a repasar las páginas de un álbum de fotos a colores de pastel dedicado a aquella primera dama caritativa de moño perfecto y sonrisa angelical, que venía a ser como la reina del mundo, y que tantos años después reviviría para mí en la espléndida novela Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez.

Pero también tengo en mi vida a la Editorial Sopena Argentina, con sus libros a dos columnas en los que leí Los miserables, El Conde de Montecristo y Los Tres Mosqueteros, y la Editorial Kraft, que publicaba cuentos japoneses y poemas chinos con delicadas ilustraciones, y aún más tarde, mi encuentro con En busca del tiempo perdido, traducido por Pedro Salinas, en los libracos en cuarto mayor de tapas de cartón y hermosa letra, tal vez de la casa editorial Salvador Rueda, mal me engañe la memoria; más Trilce, El Canto General, El Romancero gitano y Marinero en tierra, unos tomitos en rústica de cubiertas grises, con sello de Losada, tiempos dichosos en que los libros de poesía eran tan baratos. Era la pujante Argentina de Juan Domingo Perón. Una Argentina capaz de llegar con sus masivos embarques de libros hasta las costas de Centroamérica, a los mismos muelles donde atracaban los barcos refrigerados de la flota blanca de la United Fruit Company a recoger los racimos de fruta que eran nuestra insignia de banana republics. Los diputados, decía Sam Zemurray, quien inventó aquel negocio fabuloso del banano, eran más baratos que las mulas, según recuerda en Hora Cero Ernesto Cardenal.

Mi infancia pertenece también a la voz de Carlos Gardel en las rocanolas de las cantinas, una voz que venía desde la eternidad, y ante la que lloraban de auténtica pena los borrachos despechados y sus películas, vistas una y otra vez por el mismo público ávido en el único cine del pueblo, a la luz de las estrellas, y a causa de tanto Gardel en las vidas cotidianas es que a un carpintero de ataúdes, que llevaba las uñas manchadas de maque, lo llamaban Caneja, por aquello de fuerza, canejo, sufra y no llore... Mis libros de lectura escolar hablaban de graneros colmados, ferrocarriles que atravesaban la pampa, infinitos hatos de ganado, barcos que partían pletóricos de mercancías. En el país del que venían los libros y las historietas, los niños iban a la escuela pública de uniforme, como no ocurría en Nicaragua, donde no había siquiera bancos para todos los alumnos. Cómo aquel niño que era yo no iba a querer ser como los argentinos, así como los argentinos querían ser como los europeos.
Pasaron los años. Poco antes de que Perón fuera derrocado, cuando las arcas repletas de lingotes de oro empezaban a vaciarse en el Banco Central de la Nación, gracias a la más variada suerte de corruptelas y a la mano munificente de Santa Evita, el viejo Somoza fue recibido con toda pompa en Buenos Aires y Perón llenó para él la Plaza de Mayo con un millón de personas. Conservo esas fotos, los dos en el balcón de la Casa Rosada, en arreos militares de gala, frente a la inmensa multitud. Más tarde, en triste pago, Perón fue acogido en su exilio en la calurosa y provinciana Managua y se alojó en los aposentos del Palacio presidencial de Tiscapa. Ese año de 1956 mataron a Somoza, y Perón huyó, temeroso de su mala estrella a refugiarse en brazos de Trujillo a la República Dominicana. Isabelita Martínez, a quien Perón había conocido en Panamá en un night-club, cuando iba precisamente rumbo a Managua, llegó a convertirse en presidenta y tuvo por consejero áulico a López Rega, un brujo de arrabal que era, además, jefe de una banda de sicarios, una “mano blanca”, como las de Guatemala, o El Salvador.

Argentina ya no parecía el país europeo que era en las páginas de mis viejos libros escolares, sino una república bananera, como cualquiera de las nuestras. Una cabaretera presidenta. Un brujo asesino, un prestidigitador del poder. Eso no podía ocurrir sino en una república bananera. Y después, las desapariciones masivas, los prisioneros lanzados desde los aviones en alta mar, enterrados en bloques de cemento en el fondo del Río de la Plata. Eso es lo mismo que ocurría en Guatemala y en Nicaragua. Y luego Menem, un chulo disfrazado de prócer, con patillas a lo general San Martín, también venía a ser tan centroamericano en sus ínfulas perdularias. Ahora que tantos argentinos descuajados de la normalidad de sus vidas se quieren subir a los viejos barcos en que sus antepasados llegaron desde Calabria, o desde Marsella, o desde Vigo, a buscar un refugio quizás imposible frente a la catástrofe que la repetida corrupción ha traído sobre Argentina, el rollo de película es echado a andar, pero hacia atrás. La civilización y la modernidad con que tanto soñaron todos los que desde el siglo XIX ansiaron ser europeos, y con la que soñamos en el calor del trópico, donde huele a frutos demasiado maduros, todos los que quisimos ser argentinos, se caen a pedazos como las bambalinas de un escenario en ruinas.
Pero yo sigo queriendo ser argentino. No sólo por mi infancia nunca perdida.

También por Lugones, por Borges, por Cortázar, por Osvaldo Soriano, por Tomás Eloy Martínez, y por supuesto, por Gardel. No más les digo que esperemos, que ya vendrá el día en que no habrá más pena ni olvido.